El gigante chino de la moda rápida, está decidido a cambiar las reglas del juego. Conocido por dominar el e-commerce de indumentaria a nivel global, anunció que abrirá tiendas físicas permanentes en Europa. ¿Por qué generó polémica?
La marca eligió a Francia como su primer mercado para abrir locales permanentes, comenzando por BHV Marais en París. El objetivo es claro: captar a un público joven y digitalizado, pero también ganar prestigio en un continente donde la moda tiene un fuerte peso cultural.
Sin embargo, esta jugada ya desató una intensa controversia, especialmente en el sector del retail de lujo. ¿Cuáles son las principales críticas que recibió desde su anuncio y qué va a pasar con la posibilidad de expansión?

Francia, el primer terreno de prueba para Shein
Hasta ahora, Shein apostaba a las pop-up stores, locales temporales que le servían para generar expectativa entre sus clientes jóvenes. Pero esta vez la estrategia es distinta: la marca abrirá tiendas físicas con presencia estable. El plan arrancará en noviembre y se llevará adelante de la mano de Société des Grands Magasins (SGM), una empresa francesa dedicada a la gestión de grandes almacenes.
La primera tienda estará en BHV Marais, uno de los espacios comerciales más icónicos de París, ubicado frente al ayuntamiento de la ciudad. A partir de esa apertura, el plan se extenderá a otros puntos estratégicos: Dijon, Reims, Grenoble, Angers y Limoges. En total, Shein proyecta seis locales permanentes en Francia, apostando por un modelo híbrido que combine venta física con su enorme plataforma online.

Choque con Galeries Lafayette Group
Aunque la alianza con SGM parecía sólida, Shein se topó con resistencia interna. Los locales fuera de París estarán dentro de tiendas operadas bajo la marca Galeries Lafayette, pero no todas pertenecen al mismo grupo. Algunas son franquicias administradas por SGM, mientras que otras siguen bajo control de la dirección original, lo que generó un conflicto abierto.
Desde Galeries Lafayette Group expresaron su oposición a la llegada de Shein, alegando que su presencia va en contra de los valores tradicionales de la cadena y no respeta ciertas condiciones contractuales. Para un sector fuertemente ligado al lujo y al prestigio, la instalación de una marca de fast fashion representa una amenaza directa.
Por su parte, Shein y SGM defendieron la iniciativa. En un comunicado conjunto afirmaron que el objetivo es atraer a un público joven, digitalizado y con alto poder de consumo online, manteniendo al mismo tiempo la identidad de los grandes almacenes franceses. La jugada no solo busca aumentar ventas, sino también reposicionar a los espacios comerciales tradicionales frente a las nuevas generaciones.

Condiciones laborales bajo la lupa
Más allá de las disputas comerciales, el desembarco físico de Shein vuelve a poner en primer plano un tema sensible: las condiciones laborales en su cadena de producción. La marca ha sido señalada reiteradamente por organizaciones internacionales que denuncian jornadas excesivas, sueldos bajos y prácticas poco transparentes.
En 2024, la organización suiza Public Eye publicó un informe que reactivó las críticas. De acuerdo con la investigación, trabajadores de fábricas en Guangzhou realizan jornadas de hasta 75 horas semanales, con apenas un día libre al mes. Además, cobran por pieza, sin salario base ni pago justo por horas extra.
En un país como Francia, con fuertes normas laborales y una sociedad civil activa, estos antecedentes generan un clima de desconfianza hacia la marca. Si Shein quiere sostener su estrategia de expansión, deberá responder a estas críticas de manera más contundente.
Impacto ambiental y denuncias por plagio
El modelo de ultra fast fashion de Shein también es cuestionado por su impacto ambiental. Al producir y lanzar miles de prendas nuevas por día, contribuye a la generación masiva de residuos textiles y a una elevada huella de carbono.
A esto se suman acusaciones por plagio de diseños independientes, lo que ya derivó en múltiples demandas. A medida que la marca gane visibilidad en Europa, es probable que estos conflictos legales aumenten y generen aún más presión.
Una estrategia ambiciosa, pero riesgosa
La apertura de tiendas físicas no es solo un cambio táctico: es una apuesta a largo plazo.busca legitimarse en mercados tradicionalmente asociados con el lujo y la alta costura. Instalarse en París, la capital de la moda, no es una decisión menor: es una forma de ganar prestigio y posicionamiento global.
Sin embargo, su éxito dependerá de dos factores clave:
- Superar la oposición de actores tradicionales como Galeries Lafayette.
- Adaptar su modelo a las exigencias éticas y ambientales de los consumidores europeos.
Un futuro abierto en el mercado europeo
La expansión física de Shein es, sin dudas, un hito para la marca. Para algunos, representa una oportunidad para democratizar la moda y acercar precios accesibles a un público más amplio. Para otros, es un riesgo que amenaza con profundizar problemas estructurales de la industria, como la sobreproducción, la precarización laboral y el daño ambiental.
Si logra adaptarse a las regulaciones europeas y responder a las críticas, Shein podría consolidarse como un nuevo jugador fuerte en el retail físico. Pero si no lo hace, su desembarco podría volverse en su contra. Lo cierto es que este movimiento ya sacudió al sector de la moda y promete seguir generando debate en los próximos meses.